domingo, 23 de junio de 2013

LA LEY DE LA SILLA (1912)

El desarrollo ciéntifico y tecnológico de los últimos diez años ha constituido un logro para la humanidad; un logro que se ha tenido que regular mediante leyes, para redefinir lo obvio, lo justo, los limites y lo mejorable 

Legislaciones laborables que se han ido forjando a lo largo del tiempo, la mayoria de las veces por la lucha de unos pocos que se han dejado oir, alzando sus voces por encima de los demás, como es el caso de María de Echarri. Periodista, escritora y política (fue Concejal del Ayuntamiento de Madrid) que puso su persona y su pluma al servicio de la gente obrera, en especial de la mujer obrera.Gracias a ella, se promulgó el 27 de febrero de 1912 "La ley de la Silla"y aprobada por Canalejas, jefe del Gobierno en esta época.



Las españolas del siglo XX con su lucha consiguieron el derecho a trabajar, pero con  disposiciones protectoras para ellas y los menores pues se las considera "medias fuerzas".





Esta ley se basaba en un estudio del Instituto de Reformas Sociales en el que se detallaba que trabajar muchas horas seguidas de pie podía producir deformaciones en la pelvis y, con ello, problemas en su capacidad reproductora; se ponía de manifiesto la debilidad física de la mujer ;se entendía que la explotación masiva de la
mujer incidía directamente en su capacidad reproductora, lo que acarrearía a la sociedad a medio plazo una grave depauperación de la salud; la moralidad,era cuestión pacífica que para la mujer representaba una indignidad entrar en contacto con los ambientes sucios e insalubres de las fábricas y talleres de los primeros tiempos de la época industrial ,así como las obligaciones familiares. Estas ideas fueron razones suficientes para la regulación especial o segmentada del trabajo de la mujer.






Esta ley mejoró en cierto modo el  trabajo de cientos de mujeres, llegando incluso a elaborarse una lista de industrias y comercios que NO obligaban a trabajar hasta más tarde de las 20 horas, y que además, permitía sentarse a sus empleadas mientras no tuviesen trabajo que las obligase a estar de pie; una verdadera consideración.





Unas féminas que lo celebraron, imagino, fueron las empleadas de Telefónica, unas empleadas que tenían que ser solteras y con falda muy por debajo de la rodillas, hasta le medían los brazos para contratarlas, para asegurarse de que llegaban a los agujeros más altos del panel frontal donde introducían las clavijas para las comunicaciones telefónicas. Gracias a esta ley pudieron trabajar sentadas.





España no fue la primera en aplicar esta ley. Fue Argentina (1907), a la que después se unieron, Chile, Uruguay... Algunos de estos países todavía recogen dicha ley en su ordenamiento laboral. 










 

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