viernes, 18 de diciembre de 2015

LA LOTERIA NACIONAL: EL BOMBO DE LOS SUEÑOS


Cada año, por estas fechas, millones de personas sueñan con cambiar su fortuna en el sorteo de la Loteria de Navidad. Sólo hay caminar por cada una de las cuidades y pueblos de España y darse cuenta de las largas filas ante las miles de administraciones de loteria. Sueños, ilusiones, esperanzas de todos aquellos que compran un trozo de papel numerado, un trozo de papel que no deja de tener su HISTORIA.



¿Quién no ha soñado alguna vez con que le toque El Gordo o simplemente una pedrea? Desde 1812 el Sorteo de Navidad forma parte de la vida de los españoles. Es la fecha y el día que marca oficialmente el inicio de la Navidad, aunque desde hace semanas nos acompañen las luces y los constantes anuncios de juguetes.
Pero, no siempre se celebró el 22 de diciembre y tampoco se llamó siempre el Sorteo de Navidad. Aunque todos sabemos qué es y a dónde nos puede llevar, la Lotería de Navidad tiene una larga lista de anécdotas y curiosidades.

La "Lotería" produce gran ilusión en los pueblos pobres de la Europa meridional y sobre ella se ha escrito abundantemente. Pero ni la institución ni la palabra tienen raigambre muy antigua en España. En efecto, el Diccionario de Autoridades dice que la palabra significa "lo mismo que Rifa", y añade: "Hácese en varias ciudades de Europa,con mercaderías o billetes de banco, assistiendo la Justicia. Es voz nuevamente introducida del Francés"

La lotería tiene antecedentes en Francia, por los años de 1539, es decir, en tiempo de Francisco I; hacia 1590 se introduce en Venecia, y en Nápoles antes (en 1583). Es el "joco della ventura". En otras ciudades del sur de Italia, como Bari, aparece en 1685, y por la misma fecha el arzobispo Ruffo la ataca como algo anticristiano . Esmdecir, a partir del siglo XVII se desarrollaron dos tipos de lotería, muy ingeniosas, queservían para dar garantías mínimas al jugador y minimizar los riesgos de la hacienda: la lotería genovesa (o lotto), y la lotería holandesa o de clases (o klassenlotterie). El primer tipo de lotería se convirtió en la lotería dominante en Europa del sur, mientras que la segunda se extendió por Europa Central y del Norte.
De todos es conocido que la Lotería Nacional Española es una de las que goza de mas fama y prestigio a nivel mundial; pero para conocer sus orígenes, hemos de remontarnos al siglo XVIII en el reinado de Carlos III, cuando la Hacienda Pública Española atravesaba por momentos difíciles en los que a pesar de las continuas reformas del sistema fiscal no se lograba frenar el creciente déficit público. Es entonces cuando surge la lotería como una decisión fiscal, pero encubierta bajo la apariencia de un juego en el que todos podían participar y obtener premios. La lotería era en realidad un impuesto encubierto que debía aportar nuevos ingresos a las arcas reales. El cometido era para ayudar a hospitales y a otras obras de beneficencia, pero pronto se constató que la beneficencia tenía un carácter residual y el verdadero objetivo del sorteo fue el de conseguir una especie de impuesto amable que se pagase con gusto y llenase las arcas públicas. “Admirable institución, la lotería- diría Jacinto Benavente- ¿no es acaso la única felicidad positiva que debemos a nuestros gobiernos?”. 

El virrey Carlos Francisco de Croix, Marqués de Croix, en Nueva España, dio a conocer la nueva proposición al rey dijo, entre otras cosas, que la lotería era "el más moderado de los juegos de suerte, por cuanto se hace a la vista de la autoridad". Que "este juego no supone pérdida que deteriore las fortunas, a la vez que hay una cierta ganancia para el Estado". Así pues, la necesidad de instituir un juego más moderado hizo que el establecimiento de la lotería tuviera rápida ejecución desde que fuera concebido y proyectado en 1767 o 1768 por el que iba a ser su primer director, don Francisco Xavier de Sarria. El rey contestó al citado proyecto de Sarría, aprobando la lotería proyectada por éste. Al mismo tiempo, ordenó que formulase el plan y reglas de la lotería, decidiese sobre la impresión de billetes, habilitase una casa y atendiese a cuantos detalles fuera necesario para poner en marcha el negocio.



Es el propio monarca quien encomienda al Marqués de Esquilache, Ministro de Hacienda por aquel entonces, hiciese venir de Nápoles al director de la lotto napolitana, don José Peya, para que pusiese en marcha la lotería española, al estilo de las que funcionaban en Italia.

El origen de aquella lotería italiana se remontaba a la ciudad de Génova. La república genovesa sorteaba, a mediados del siglo XVI los cinco principales puestos del senado entre los 90 senadores electos. Para ello tomaba 90 bolas de madera y marcaba cinco, nombrando en orden a cada uno de los senadores y extrayendo una bola por nombre hasta llegar a las cinco marcadas. Los genoveses cruzaban apuestas sobre sus favoritos, convirtiendo un evento político en una especie de quiniela deportiva. Esta proporción noventa a cinco parece ser el germen de las primeras loterías de números que sustituyeron a aquel divertimento político y se extendieron por el resto de ciudades italianas dándose a conocer como el ‘lotto di Genova’. 

Se le ofreció a Peya un sueldo que doblaba el que tenía y comprometiéndole a una estancia mínima de dos años, suficiente para poner en marcha el juego y comprobar su rentabilidad. Peya estableció en España una lotería de números al estilo genovés con multiplicidad de apuestas. El sistema consistía en la extracción de cinco números del uno al noventa en un orden determinado. Los apostantes podían jugar a un número o a una combinación determinada, habiendo premios concertados de antemano para cada número de aciertos. 
El Estado tenía las de ganar pero podía darse el caso de que varios o muchos jugadores superasen en premios la recaudación, en cuyo caso el rey garantizaba la validez del sorteo y la solvencia de la banca mediante hipoteca de la Real Tesorería.  

La apuesta simple o extracto se pagaba con un maravedí y el premio lo multiplicaba por diez. La apuesta doble (a dos números) se llamaba ambo y se pagaba a medio real (17 maravedíes) siendo el premio de cien reales. El terno, tres números, se pagaba a tres maravedíes y tenía como premio 250 reales. El cuaterno y el quinterno se eliminaron con el tiempo por resultar demasiado impopulares. Lo que sí se permitía era apostar a un número y a su posición, en cuyo caso en vez de multiplicar por diez se multiplicaba por cincuenta. 

A esta clase de apuesta se le llamaba extracto determinado y tenía el inconveniente de que si se acertaba el número pero se erraba en su posición, el boleto quedaba invalidado. Lo cierto es que las posibilidades de apostar eran ingentes y esto dificultaba el entendimiento de la mecánica del juego, tanto para los posteros – nombre de los primeros administradores – como para el común de los apostantes, por lo que Peya confeccionó un manual al que todos recurrían con frecuencia. 
Un mismo boleto, llamado cédula, permitía apostar a ocho números, aunque cada apuesta se pagaba individualmente. Si uno completaba las ocho apuestas podía acertar hasta tres números – nadie apostaba por más – pero si no especificaba que apostaba al terno, sólo recibía el premio individual por cada uno de ellos. La combinatoria era abundante, aunque mucho menor que la de la actual Primitiva. El extracto dejaba una posibilidad entre 90 noventa de ganar, el ambo una entre 4.005 y el terno una entre 117.480.

El marqués, que poco después sería objeto de un conocido motín, no era muy querido en España y aunque participó muy activamente en la modernización impulsada por Carlos III puede decirse sin temor a equivocarse que la Lotería fue su legado más apreciado por los españoles

Con un Real Decreto de 30 de septiembre de 1763 la lotería en España queda instaurada, abolida por la Ley de Presupuestos de 4 de mayo de 1862

El primer sorteo de esta Lotería Real, denominada como “beneficiata o primitiva”, se celebró, a modo de ensayo y solo para Madrid, el 10 de Diciembre de ese mismo año en la Sala Real del Consejo de de Madrdi (Hacienda).

La sede de esta lotería se estableció en la capital de España, en un principio en un caserón de la antigua plaza de San Ildefonso, siendo Director y Administrador General el anteriormente citado don José Peya, para posteriormente ser ampliada con otra oficina en la calle de los Trinitarios Descalzos.

Aquel primer sorteo abierto al público tuvo como combinación ganadora el 18, 34, 80, 51 y 81. Por entonces no existían los bombos y los números se introducían en bolas de marfil. La recaudación de aquel primer sorteo ascendió a 187.516 reales y 11 maravedíes, repartiéndose premios por 29.475 reales. Si quitamos unos 24.000 reales de gastos de administración, el beneficio neto superó los 133.000 reales. 

Las anécdotas y polémicas no tardaron en surgir. En el primer sorteo una viuda que jugaba al 80 recibió en su papeleta el número 70 por error y aunque aceptó finalmente el cambio acudió a cobrar su boleto cuando constató que había salido su número, el 80. La organización supo ser condescendiente con aquella mujer otorgándole un premio de consolación, trato mucho mejor que el que recibió don Isidoro Barsebal, falsificador del primer billete de lotería en el segundo sorteo celebrado, un 28 enero de 1764.

En sus comienzos no gozó de la simpatía popular, por lo que en 1767 y con objeto de aumentar los beneficios, se comenzaron a fijar las primeras reformas, que consistían en aumentar los porcentajes de los premios y prohibir otros juegos de azar y loterías extranjeras.

La actual Lotería Nacional de billetes, loteria pública; nació en España durante la Guerra de la Independencia. D. Ciriaco Gonzalez Carvajal, Ministro del Consejo y Cámara de Indias, pensó en "un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes".
Ante las Cortes Generales y Extraordinarias en Cádiz, presentó un proyecto de Lotería. La propuesta tuvo una acogida muy favorable y, en sesión de 23 de noviembre de 1.811 de las Cortes de Cádiz, fue aprobada sin un sólo voto en contra. Esta Lotería, cuya instrucción se publicó el 25 de diciembre de 1.811, fue denominada por el pueblo " Lotería Moderna" para diferenciarla de la Lotería de números o "Lotería Primitiva" de Carlos III.


El 4 de marzo de 1.812, quince días antes de que se proclamara la primera Constitución de nuestra historia, se celebró en Cádiz el sorteo de esta nueva modalidad de Lotería, de acuerdo con las normas establecidas en la instrucción, cuyo preámbulo rezaba así:

Instrucción de la Lotería Nacional de España que ha de establecerse en Cádiz.
Las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación, enteradas del proyecto que les fue presentado de una Lotería que se ha de nominar Nacional, y ha de ser igual a la que hace muchos años se halla establecida en Nueva España; se sirvieron autorizar al Consejo de Regencia de España e Indias para que lo llevase a efecto del modo que considere más útil y conveniente.

"En consecuencia, S. A. considerando que este puede ser un medio de aumentar los ingresos del erario público sin quebranto de los contribuyentes, y atendiendo a que los fondos que se versen en este juego, sean manejados con fidelidad, sin agravio ni perjuicio del público interesado; para que estos fines se consigan, ha tenido por conveniente autorizar con su suprema aprobación a los señores D. Antonio Romanillos, Ministro decano del Consejo Supremo de Hacienda, y D. Ciriaco Gonzalez Carvajal, del Consejo y Cámara de Indias, para jueces conservadores del establecimiento".

La Lotería Nacional al principio estuvo circunscrita a Cádiz y San Fernando, siendo el primer Sorteo de Navidad se celebró el 18 de diciembre de 1812.


La estrategia empleada para minimizar riesgos fue la del tanteo. Se comenzó con una emisión pequeña, que fue aumentando gradualmente procurando ajustar la oferta a la demanda. estrategia empleada para minimizar riesgos fue la del tanteo. A los cinco años ya se consiguieron celebrar dos sorteos mensuales, y secomenzaron los ensayos con sorteos extraordinarios como el de Navidad. Con este tipode lotería de sorteo único pudo la hacienda española enfrascarse en un proceso de expirimentación continua (combinando variables como el fraccionamiento o precio mínimo de la apuesta, la estructura de premios, el calendario de los sorteos, etc.), del que resultó una gama de productos (sorteos ordinarios, extraordinarios, con cuantías diferentes de premios y fraccionamientos) que satisfacía la demanda de casi todos los sectores económicos de la población. Dicho de otra forma: por un método de ensayo y error, se fue obteniendo en España lo que en los estudios de mercado de finales del siglo XX consideran una lotería óptima: con productos diversificados para segmentos distintos de la población, una estructura de premios concentrada en los extremos (esto es, un premio mayor muy sustancioso y mucha "pedrea"), sorteos frecuentes (que invitan a "reinvertir" la pedrea), y bajos costes de administración. Comparándola con las loterías de clase de centroeuropa, más "toscas", la Lotería Nacional era mucho más flexible y agresiva.


La Lotería Nacional mostró su flexibilidad y capacidad de adaptación tras la decisión de la hacienda de suprimir la lottoen 1862. Aquí se planteo un problema. Lahacienda debía procurar satisfacer la demanda de las clases populares, que eran losclientes habituales de la lotería suprimida. Si no lo hacía perdería alrededor del 15% de los ingresos totales de esta renta y corría además el riesgo de reforzar las loterías ilegales. Pero tampoco podía crear sorteos especiales de la Lotería Nacional al alcance de los bolsillos de esas clases cuando, precisamente, se había justificado el desmantelamiento de la lotto por razón de alejar del juego a las clases "laboriosas". Se optó por el término medio: en ese mismo año se reformó el calendario de sorteos de la Lotería Nacional. Se añadieron tres sorteos más y se redujo el precio de la fracciónmínima a diez reales en dos sorteos y a cuatro reales en otros tres sorteos (cuando elaño anterior la fracción mínima costaba quince reales). Aun así, el precio de participar en la lotería se había encarecido para los más desfavorecidos, quienes en la loteria suprimida solian apostar 1 real. 



La introducción de la lotería cambió radicalmente el panorama del juego en España ya que por primera vez desde su prohibición en 1387, una clase de apuesta se legalizaba y regulaba. La razón de este cambio de parecer fue que el Estado pasaba de árbitro a explotador del negocio. El estado se cuidó de que la lotería nacional tuviese el monopolio del juego y en 1774 prohibió la venta de boletos de otras loterías, nacionales o extranjeras, una medida que perjudicó a la lotería holandesa, por aquel entonces la más popular por los importantes premios que otorgaba.

Más tarde saltó a Ceuta, y según iban retirándose los ejércitos napoleónicos se iba extendiendo su venta, primero al resto de Andalucía y después por toda España. El último sorteo de la Lotería Moderna que se celebró en Cádiz tuvo lugar el día 27 de enero de 1.814, cambiando su sede a Madrid que estrenó sorteo el día 28 de febrero de 1.814.

Muy pronto se marcó una decidida preferencia del público por la Lotería Moderna, frente a la Primitiva, que quedaba patente en las cifras de ventas. En el periodo de 1.815 a 1.817 la Lotería Moderna duplicaba los ingresos de la Primitiva y en los dos años siguientes los doblaba con creces. En 1.817 funcionaban en España 497 administraciones de Lotería, de las cuales veinticinco estaban situadas en el casco de Madrid y cinco estaban en el casco urbano de Barcelona, siendo desempeñadas todas por varones, excepto dos, una en Barcelona y otra en Murcia, regentadas por mujeres.

Durante 80 años se siguió celebrando el 18 de diciembre hasta que en 1892 pasó a celebrarse el 23 de diciembre y más tarde se fijó a la fecha que hoy todos conocemos el 22 de diciembre.

La introducción de la lotería cambió radicalmente el panorama del juego en España ya que por primera vez desde su prohibición en 1387, una clase de apuesta se legalizaba y regulaba. La razón de este cambio de parecer fue que el Estado pasaba de árbitro a explotador del negocio. El Estado se cuidó de que la lotería nacional tuviese el monopolio del juego y en 1774 prohibió la venta de boletos de otras loterías, nacionales o extranjeras, una medida que perjudicó a la lotería holandesa, por aquel entonces la más popular por los importantes premios que otorgaba.

La Lotería en España se reglamenta, poco a poco y minuciosamente, como puede comprobarse en obras de Derecho administrativo. Es curioso ver cómo en ellas se constituye un capítulo consagrado al estudio o análisis de las "funciones relativas a la vida moral", en el que se recoge lo legislado en punto a diversiones públicas de una parte, a juegos y rifas de otra; cómo son perseguidos los juegos prohibidos, pero cómo también un juego de azar "queda elevado por el Estado a la categoría de instituciónadministrativa", según expresión de un jurista ilustre. En sí, "elevación" semejante puede dar mucho que pensar en un país en el que la pasión por el juego ha producido grandes males, que sigue dominado por ella, con variedades nuevas en apariencia y que, por otro lado, es abundante en legislación que prohíbe una enormidad de formas de jugar.

Un dato que muestra la evolución del Sorteo es que en 1959 había sólo 8 series, actualmente hay 180. Nunca se ha suspendido en sus más de 200 años de vida.

Durante la Guerra Civil hubo dos loterias... , pero eso... es otra historia.....

EL NO SORTEO DE NAVIDAD

Cuando nació casi ni tenía nombre. Se le denominaba con la leyenda 'Prósperos de Premios' y no fue hasta aquel primer 23 de diciembre que le acogió cuando se pasó a llamar Sorteo de Navidad. Aún así, se tardó un lustro más (1897) en que el nombre que hoy todos conocemos apareciera impreso en los boletos.

¿CUÁNTO COSTABA UN DÉCIMO EN 1812?

En aquel primer Sorteo en honor a La Pepa, los que pudieron jugar pagaron 40 reales por cada billete. El que fuera agraciado con el Primer Premio, que fue a parar al 03604, recibió 8.000 pesos. Cantidades muy lejanas a los 20 euros que se pagan ahora por billete y a los 400.000 euros con los que está agraciado 'El Gordo'.


LAS ANÉCDOTAS MÁS CURIOSAS

Después de más de 200 años de vida, el cuaderno de anécdotas de la Lotería de Navidad tiene más hojas que El Libro Gordo de Petete'. Una de las más conocidas ocurrió en 1949. Ese año, un malagueño fue a una Oficina de Correo asegurando que había soñado con 'El Gordo' de Navidad, el 55.666, y que quería ese número fuera como fuera. Para sorpresa de muchos ese fue el número premiado. Sin embargo, el hombre que soñó con el 55.666 no puede conseguir un décimo ya que se habían enviado a otras oficinas del resto de España.
En el año 2009 un inmigrante ganó el Primer Premio de la lotería y pasó de no tener ni un solo euro en su cuenta bancaria a tener 300.000 euros.




LOS NIÑOS DE SAN ILDEFONSO, DESDE SIEMPRE

Si hay algo que no ha cambiado en la Lotería de Navidad son los niños de la suerte, los niños de San Ildefonso. Encargados de cantar los números, estos niños, protagonistas cada año, son seleccionados por tener buen timbre de voz y una pronunciación clara. Se les adiestra para la fácil y rápida lectura delos números y en el manejo de las bolas de los sorteos mediante ensayos continuos.
Pero los nervios de ese día pasan factura y a veces ganan al esfuerzo de tantos meses. Difícil es de olvidar el Sorteo de 1986 cuando varios niños se liaron leyendo los números y con la cantidad de los premios, llegando un punto en el que parecía un sketch de Martes y 13.
Años antes, en 1954, cantaron el número 04.073 con 10.000 pesetas y cuando se acercaron a la mesa que comprueba los números resultó que el premio era de 200.000 euros.
Algo muy similar ocurrió en 1987 cuando los niños cantaron el 20.064 premiado con 125.000 pesetas. Menos mal que el revisor de la mesa se dio cuenta y confirmó que realmente ese número era 'El Gordo' de Navidad. El único Gordo que no ha sido cantado.


EL MÁS TEMPRANERO

'El Gordo' más madrugador que se recuerda es el del año 2004. Salió a los 13 minutos del inicio del Sorteo, con la bola 39 del segundo alambre de la primera tabla.

LOS NÚMEROS CON ESTRELLA Y LOS ESTRELLADOS

En toda la historia del Sorteo sólo ha habido dos números que han sido agraciados en dos ocasiones con el Primer Premio. Se trata del 15.640, en los años 1956 y 1978, y del 20.297, en 1903 y 2006.
El 5 es la terminación más repetida en 'El Gordo, con 32 apariciones. En segundo lugar están la 4 y la 6.
El primer premio nunca ha recaido en los siguientes millares: 27, 37, 39, 41, 44, 51, 62, 64 y del 66 al 84. Tampoco los números terminados en 09, 10, 13, 21, 25, 31, 34, 41, 42, 43, 51, 54, 59, 67, 78 y 82.
El 1 es la terminación menos repetida hasta la fecha, con sólo 8 apariciones.


 Pese a todo, seguimos jugando.... por si toca... 






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